La pérdida de los frenos es una de las situaciones más aterradoras que puede enfrentar cualquier conductor, porque es en sí misma desesperante.
Aunque es sin duda una experiencia extremadamente estresante, saber cómo reaccionar va a marcar la diferencia entre la seguridad y el peligro.
Esperamos que no sea requerido, pero no está de más leer nuestra guía paso a paso con consejos esenciales para mantener el control y reducir el riesgo de accidente si te quedas sin frenos mientras conduces.
Mantén la calma
El primer paso, y quizás el más crucial es mantener la calma, aunque sabemos que se trata de una situación complicada. Entrar en pánico puede hacer que tomes decisiones precipitadas y peligrosas.
Respira hondo y enfócate en controlar el vehículo con tranquilidad y precisión en lugar de hacer maniobras complejas.
Activa las luces de emergencia
Inmediatamente enciende las luces de emergencia para que mediante dicha acción seas capaz de alertar a otros conductores de que tienes un problema y ayudará a evitar colisiones mientras buscas una forma segura de detener tu vehículo.
Quita el pie del acelerador
Retira tu pie del acelerador para reducir la velocidad del vehículo de manera natural, y es que será de utilidad para disminuir la velocidad progresivamente, dándote más tiempo para pensar en tus siguientes movimientos.
Usa el freno de motor
Cambia a una marcha más baja para utilizar el freno de motor. Si conduces un vehículo automático, cambia a una posición de marcha baja como lo es L o 2. Si es manual, baja gradualmente las marchas.
Bombea los frenos
Si tienes un coche con frenos estándar, intenta bombear el pedal de freno repetidamente. A veces, esto lo que hace es reestablecer la presión del freno y recuperar algo de capacidad de frenado. No hagas esto si tienes un sistema de frenos ABS, ya que podría no ser efectivo.
Usa el freno de mano con precaución
Acciona el freno de mano, también conocido como freno de emergencia, gradualmente. Hacerlo de forma brusca puede bloquear las ruedas traseras y causar un derrape. Tira del freno de mano de manera controlada para reducir la velocidad poco a poco.
Busca una salida segura
Mientras intentas reducir la velocidad, busca una salida segura, como quizás una zona de emergencia, una rampa de frenado o cualquier área despejada donde puedas detenerte sin poner en peligro a otros conductores.
Utiliza la fricción para detenerte
Si ninguna de las anteriores opciones funciona, busca formas de crear fricción para detener el vehículo. Puedes rozar suavemente el coche contra una barrera, un bordillo o la vegetación del arcén. Esta maniobra debe hacerse con extremo cuidado para evitar un accidente grave.
Evita apagar el motor
No apagues el motor del vehículo mientras aún está en movimiento, pero ¿Por qué? hacer esto va a desactivar la dirección asistida y otros sistemas esenciales del coche, haciendo más difícil controlar el vehículo en el proceso.
Mantente en el vehículo
No intentes salir del vehículo mientras está en movimiento, y es que saltar de un coche en marcha es algo que vemos en las películas, lo que es peligroso y quizás resulte en lesiones graves o fatales. Permanece en el coche y sigue intentando reducir la velocidad de manera segura hasta que puedas detenerte por completo.
Lleva el vehículo a reparar
Lo más probable es que el vehículo haya sufrido daños, los cuales debes reparar, aunque luego de que tu estés bien. Si los frenos no funcionaron, pero además el mismo tiene otros daños, se recomienda llevarlo con los expertos.
En nuestra empresa de homologaciones vas a hallar servicios relacionados que se ajustarán a tus necesidades para dejar el vehículo a punto. Del mismo modo, lo arreglamos pensando en pasar la ITV, que por cierto, es un proceso que busca evitar estas situaciones.
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